Ley de Wien |
Cada átomo es capaz de emitir o absorber radiación electromagnética, aunque solamente en algunas frecuencias que son características propias de cada uno de los diferentes elementos químicos.
Si se analiza la luz emitida por ese cuerpo se obtiene el llamado espectro de emisión, que consiste básicamente en transiciones de electrones de niveles superiores a otros inferiores mediante la emisión de fotones cuya energía corresponde a la diferencia de energía entre los niveles entre los que se produce dicho salto. Por el contrario, en el caso del espectro de absorción, éste consistirá en saltos de electrones de ciertos niveles a otros superiores al absorber algunos electrones ciertos fotones con energía suficiente para permitirles pasar a una órbita superior.
En el caso de los espectros de absorción, si se ilumina un material con luz blanca, los espectros tendrán un fondo de color (arco iris) con ciertas líneas negras, aquellas que correspondan a los fotones cuyas frecuencias (“colores”) corresponden a las energías que permiten a los electrones saltar a los niveles superiores, mientras que los espectros de emisión constarán de líneas de colores, aquellas que corresponderán a los fotones con la energía suficiente para permitir a los electrones saltar a niveles inferiores.
Puesto que el espectro, tanto de emisión como de absorción, es característico de cada elemento, sirve para identificar cada uno de los elementos de la tabla periódica, por simple visualización y análisis de la posición de las líneas de absorción o emisión en su espectro.
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